La llegada de un hijo o hija para una familia es uno de los momentos más emocionantes. La sensación que tenemos de vernos reproducidos en otro ser semejante a nosotros es significativamente indescriptible. Cuando nace esa criatura la queremos proteger de todo lo que pueda afectarle y prodigarle todo el bienestar que necesite. Al encontrarnos que nuestro hijo o hija enfrenta un diagnóstico de alguna condición fisica, cognitiva o del neurodesarrollo nos invade una tristeza y una gran desilución porque pensamos que nuestro retoño tiene una condición "defectuosa o de anormalidad", esto podría sonar duro pero es la impresión que escucho con mucha frecuencia, fue la que muchos de mis familiares me expresaron al comunicarles que mi hija enfrentaba un diagnostico del Espectro Autista. Tenía la sospecha de que algo no estaba bien, el desarrollo que era excelente, de repente tuvo un detenimiento y retroceso, esto me alertó e inmediatamente hice los ajustes para ver que sucedía, resultado: Trastorno del Espectro Autista grado I, Leve retraso del Nivel de Madurez en Relación a la Edad Cronológica y Ecolalia.
Sé que como yo; al recibir la noticia es como si un balde de agua fría cayera sobre nuestro cuerpo, sin embargo ante esta noticia me dije: Mi hija solo requiere un poco más de trabajo y dedicación.
Recopilé toda la información pertinente y creé un plan de acción para inmediatamente iniciar a buscar todo el apoyo necesario. El camino no fué fácil, descubrí que el acceso a diagnósticos, terapias, planes académicos son muchas veces dificiles y costosos. Me frustré al ver como muchas veces el avance era muy poco o casi nulo. Por eso me identifico mucho con esas familias y oro a Dios cada día para que en medio de este proceso sus corazones pueda obtener paz y entereza, que logren no desesperarse y entender que estos niños que, son bendiciones especiales y regalos divinos, nos llegan a quienes tenemos la fortaleza para recibirlos y disfrutarlos.
Ante un diagnóstico desfavorable en relación a tu niño o niña, no te deprimas, no te acongojes. Busca espacio de reflexión a través de informaciones claras y precisas y asume el reto. Te costará un poco más de entrega y compromiso. Busca orientación profesional calificada que pueda brindarte toda la confianza y despejar toda las dudas que tengas. Acepta que este momento en el que te encuentras es transitorio y no definitivo. Visualiza lo que esperas lograr en el futuro cercano para ese niño o niña y asume el reto que conlleva tener un hijo atipico. No viendolo como un problema sino como un desafío que te llenará de alegría y satisfacción.
Artículo Escrito
Por: Rossanna Y. García Ulloa
CEO fudaalcompas.org
Publicado el: 2024-08-29 19:39:14